SOY LIBRE, SOY BLOGGER
ME ADHIERO A ESTE MANIFIESTO:
Las siguientes líneas son una invitación para que autores de blogs en todo el mundo hispano se adhieran libremente en caso de encontrar afinidad con su contenido. Usted puede copiarlo, modificarlo, agregarle premisas o quitarle aquellas que no considere pertinentes; cambie los verbos o cualquiera de las palabras que le disgusten para que llegue a un texto con el que se sienta plenamente identificado.
1. Como autor de mi blog soy respetuoso de la palabra. Abrazo la libertad, como cobijo la democracia.
2. Soy mi palabra. Soy coherente entre lo que pienso y lo que siento, como con lo que digo y lo que hago.
3. Reitero con mi blog mi deseo de expresarme libremente, de decir lo que quiera con responsabilidad.
4. Soy independiente de mis intereses y dependiente de mis principios. Y si tengo intereses, mis lectores los conocerán de manera transparente.
5. Al mantener mi blog soy consciente de que pertenezco a un entorno ante el que tengo derechos y con el que tengo responsabilidades.
6. Mis palabras tienen tanto peso que no necesitan que las defienda con acciones más allá de las palabras.
7. Repudio públicamente los ataques a mi blog o a cualquiera de las presencias en la red. Si ataco por las vías de hecho las obras de los otros, estoy admitiendo mi imposibilidad de argumentar.
8. Respeto tanto al otro como respeto a los demás. A pesar de las distancias respiro el mismo aire y eso nos pone en el mismo nivel.
9. Hago parte de una generación que, sin importar la edad, aprendió a expresarse tranquilamente en medio de un mundo hostil. Es algo que he ganado y que no estoy dispuesto a perder.
10. Puedo ser militante en cualquiera de los extremos del pensamiento o de las creencias y debo poder tener la certeza de que no seré agredido por ello.
11. Puedo equivocarme una, pocas o muchas veces, pero siempre tendré la humildad de reconocer mis errores.
12. Haré este texto mío con o sin estas palabras. Cada cual podrá adherir a él con las palabras que sienta más cercanas a su forma de expresión.
13. Mi compromiso con la libertad de expresión es irrenunciable e inembargable; no transo en ello.
14. Pertenezco a este planeta, el mismo en el que muchos han muerto por la libertad; tal vez no dé mi vida por mi blog, pero entregaré todas mis fuerzas a la consigna de la tolerancia a la palabra ajena.
Soy libre, soy blogger.
MANIFIESTO QUE LLEGÓ VIA VICTOR SOLANO
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LAS COSAS QUE LEANDRO DIAZ VE
Por: Julio Oñate Martinez, desde Valledupar
La madre naturaleza, por ser tan sabia y grandiosa, le dio una mente asombrosa, pudo captar la belleza, pero tan asombroso es también el sensibilísimo tacto del maestro Leandro Díaz quien fácilmente puede identificar objetos, plantas, prendas y hasta comidas mediante los mágicos sensores que tiene en sus dedos, como una forma de compensación que le brindó el todopoderoso ante sus limitaciones físicas. Desde muy pequeño, durante sus horas de soledad allá en Altopino, cuando la familia se iba a la sierra a recoger café, Leandro, solo acompañado por el canto de los turpiales y los bramidos distantes de alguna vaca en el vecindario, iba aguzando el oído a medida que crecía y a la vez desarrollando su finísimo olfato que le permitían detectar lo que sus ojos le negaban. Por sus aromas podía distinguir la rosa del heliotropo e inclusive las personas del entorno y con la sutileza del tacto diferenciaba las plantas ornamentales que crecían en el jardín de las malezas que allí abundaban. Emiliano Zuleta Baquero su compañero de muchísimas andanzas y parrandas aseguraba que Leandro en ciertos momentos de su vida podía ver claramente al no encontrar explicación alguna ante ciertas evidencias sobre el particular. En una ocasión invitados a parrandear, por ‘Quine’ Viloria llegaron a Barranquilla. Allí en la residencia del anfitrión fueron instalados juntos en una habitación y mientras el viejo ‘Mile’ se fue a la cocina en busca de un café Leandro rápidamente con el tacto recorrió todo el recinto familiarizándose de inmediato con los espacios y los objetos presentes. En una de las paredes sostenido por una par de ganchos estaba un viejo arcabuz. Al regresar su compañero, Leandro sentado en el borde de la cama le comentó: Emiliano en esa pared hay una escopeta. Asombrado, el viejo ‘Mile’ quedó convencido que un lampo milagroso acompañó en ese momento a su amigo invidente. Muy temprano al día siguiente Leandro hurgaba en su maleta insistentemente y Emiliano tratando de apoyarlo le interrogó: Oye! Tu que buscas en esa maleta? Una camisa de cuadros le respondió el, y efectivamente después de palpar entre varias que había traído sin titubear sacó la de cuadros. Sencillamente la diferencia en la textura de la tela le permitía diferenciar fácilmente el algodón de la seda o el dacrón, pero Emiliano pensaba en su interior: Carajo! Volvió a ver. En otra jornada, después de parrandear aquí en Valledupar atropellados por el hambre llegaron muy tarde al mercado viejo y allí en las fritangas del antiguo Coopetrán ya casi recogiendo los peroles una negra caderona les ofreció lo único que quedaba en el caldero: dos presitas de conejo, un escuálido muslito y un robustito pedazo del espinazo que la negra acompañó con sendas tapas de yuca. Esto lo sirvió en un solo plato y mientras Mile trataba de sobarle el caderaje a la guisandera, Leandro velozmente con el dedo índice recorrió el plato y de una agarró el tronquito de espinazo, que como sabemos es donde el conejo tiene toda la pulpa. Emiliano no lo podía creer, si el espinazo quedó en el plato del lado de él y mascullando entre dientes volvió a repetir: Carajo! volvió a ver. En la sutileza de sus dedos el maestro Leandro Díaz ha encontrado siempre uno de sus mejores dones para salir airoso ante aquellas dificultades que la vida le impone en su desventaja visual, inclusive en el campo amoroso después de algún descalabro sentimental sabe claramente y lo practica que,
“Quiero pasar la vida cantando
Con una muchachita,
Pero primero pongo la mano
No vaya a ser gordita”.
UN VALLENATO DE RACA MANDACA, SIGUE MANDANDO EN LOS CARNAVALES DE BARRANQUILLA, ES IVAN VILLAZON APONTE
Francisco Irenio Bolaño Marzal, ‘Chico’ Bolaño, fue un extraordinario acordeonero y compositor, nacido en El Molino, que dio ‘lora’ en la primera mitad del siglo pasado, ‘Maestro de Maestros’ , sobrino de Francisca Marzal Olmedo, mi abuela; y autor entre otras de famosas canciones como ‘El Coito’, ‘La Chulavita’ y ‘Mi mujer se ha vuelto loca’ o ‘Santa Marta tiene tren’; Alcides Pavón Jiménez, también en el siglo pasado fue el mejor guitarrista que tuvo El Molino, sus manos eran un prodigio en el encordado, sobrino de Antonio Aponte Jiménez mi abuelo; estos Antonio y Francisca fueron los padres de mi tío Pedro Nel Aponte Marzal (así, con z, sin shall) quien se casó en Urumita con doña Blasina López Baquero y allí, entre otros, nació la bella e inigualable Clarita, quien a su vez contrajo nupcias con el famoso político y orador de esa época y de hoy Crispín Villazón de Armas, quien lleva sangre Pumarejo, de la de Don Toba, autor de la famosa canción Mírame y de ese hogar nació Iván quien como podemos ver tiene a su haber una variada gama de genes musicales. Verdad es como dice Crespo, que los Aponte ni chiflan, pero también es verdad, como digo yo, que los Villazón o Villazones no dicen ni mú y si alguien dijo, es por el lado Baquero, como lo hicieron Edgardo, nuestro buen Procurador General de la Nación, ‘Poncho’ Castro, Fernando Dangond, ‘Kike’ Castro y otros que llevan la sangre Baquero en sus venas. El doctor Crispín para lo que es bueno es para parrandear, atender espléndidamente espacialmente en La Carolina, y beber ron como agua, cualidades que también heredó Iván acrecentadas por la exquisitez y señorío de Clarita. Iván, por presión de sus padres quiso ser abogado, y entró a la Universidad Libre pero un buen día le dijo a Iván Morón Cuello, su condiscípulo y hoy ilustre abogado y dedicado periodista, “Tocayo, yo no voy a seguir estudiando aunque al viejo ‘Crespo’ le vaya a dar un ‘yeyo’, yo me voy a dedicar a lo que me gusta, a cantar música vallenata”. Dicho y hecho, se vino para Valledupar y recuerdo como ahora, hace 25 años, que sus tíos Enrique y Luisa lo presentaron a la familia y a muchos amigos en su hacienda La Montaña, la misma que el maestro Escalona cita en su paseo a Miguel Canales cuando anota: “Dicen que en La Montaña está perdido, que tiene mucho tiempo que no sale”. Esa era la finca de Pedro Canales, padre de Miguel, quien era el rico del grupo conformado por Rafael, ‘Ponch’o Cotes, Andrés Becerra y Emiliano. Después llegó El de Siempre, quien además de ser muy rico fue y es extremadamente bueno. Mucha agua ha pasado debajo del puente, mucho ron por la garganta de Iván y sus seguidores muchas canciones se han interpretado, desde cuando se grabó Dina Luz para los villanueveros o el Arco iris para el resto del mundo hasta El Aviador; 25 long play digo yó a lo viejo, o 25 CD a lo joven, 300 canciones grabadas y miles cantadas, cientos de parrandas y casetas, conciertos en el país y en el exterior, paseos y comilonas adornados con cinco Congos de Oro en Barranquilla, uno cada cinco años, múltiples discos de platino y oro, condecoraciones, reconocimientos, aplausos y seguidores incansables del Club Villazonista con la ‘Nentita’, ‘El Ñeñe’, ‘Goyo Papi Zuleta, Orlandito y ‘Macoquito’ entre otros y platica, bastante platica producto del trabajo digno, el esfuerzo y el sacrificio que se requieren para ser un músico profesional, en donde al decir de Poncho o Emiliano “se vive y se goza, pero también hay momentos difíciles y de amargura”. Felicitaciones primo, así con ganas y orgullosamente; primo, con ánimo siga cosechando frutos que todavía hay mucha cuerda para soltarle a la cometa e irrumpir en las alturas insondables de la mano de Iván David, quien de pronto, por que otras son las condiciones, si pueda alternar el estudios con el canto y se haga famoso en ambas actividades, y Crespo y Clarita quedarán completamente felices, realizados y coronados.
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